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MITOS Y REALIDADES DE LA ACTIVIDAD FÍSICA

La actividad física, el ejercicio o cualquier cosa que te haga moverte, representa una necesidad imperante del ser humano. Por muy corto y pequeño que sea el tiempo que le dedicamos a este tipo de actividades siempre será mejor que no hacer nada. La práctica de ejercicio induce una cadena de procesos hormonales y a la liberación de sustancias como endorfinas, que generan sensación de placer y satisfacción, y que además han demostrado disminuir el daño celular previniendo enfermedades crónico degenerativas.  

La actividad física va mucho más allá de quemar calorías. Sus efectos en la salud física y mental pueden impactar en cosas tan importantes y profundas como el sueño, niveles de energía, digestiones, niveles de inflamación y sistema inmunitario.  Sin embargo, en la mayoría de los casos la poca información que hay, y el hecho de hacerla solo con el objetivo de perder peso hace que caigamos en creer ciertos mitos, corrientes y actividades que realmente no son del todo seguras. Repasemos algunos de los principales errores y mitos que suelen ocurrir:  

El sudor no es más que la respuesta a nuestro cuerpo al calor externo, al generarse un aumento de la temperatura de nuestro cuerpo, el mismo trata de expulsar la mayor cantidad de calor posible, mediante la transpiración. Cuando realizamos actividad física, nuestro cuerpo aumenta su temperatura y se produce la transpiración. Mucho depende del medio donde realizamos el ejercicio, en lugares donde la temperatura externa es alta, más rápido y más intenso será el aumento de la temperatura corporal y por tanto mayor será la transpiración; pero claro está, si realizamos un ejercicio con el mismo tiempo e intensidad en dos sitios con temperaturas distintas el gasto de calorías será exactamente el mismo, lo que si variará será la cantidad de sudor generado. Mientras más sudemos, más nos deshidratamos y por tanto mayor es el agotamiento físico y menor el rendimiento, por lo que si estás buscando mejorar tu rendimiento y aumentar el tiempo y la intensidad de tu ejercicio es mejor realizarlo en climas más frescos. Por tanto, el uso de vestuario térmico, saunas y otras técnicas que utilicen calor para generar transpiración y sudor no te harán quemar más calorías ni tampoco te harán adelgazar más rápido, más bien te deshidratarán y te agostarán más rápido.

 

Todos los individuos genéticamente acumulamos más grasa en algunas zonas del cuerpo. Algunos tienden a “engordar” más la zona de las caderas, muslos y piernas, permaneciendo la parte superior del cuerpo casi si intacta; mientras que otros tienden a aumentar su circunferencia abdominal y brazos más rápidamente. El ejercicio y la práctica de actividad física regular generan un gasto de calorías extra que acompañado con una dieta hipocalórica  le permiten al organismo perder peso. Sin embargo, la pérdida de peso se producirá en todas las partes del cuerpo, acentuándose en las zonas en las que tendemos a acumular menos grasa. Es por ello que a los individuos que tienden a aumentar la zona del abdomen, les será más difícil disminuirlo más no imposible. Se necesita mucha constancia en el proceso y también aceptación de tu tipo de cuerpo, recuerda que todos son válidos.  

 

El ejercicio de resistencia agrupa el trabajo con pesas, mancuernas, ligas, TRX o cualquier actividad en la cual se trabaje contra un peso o resistencia e incluso con el peso del mismo cuerpo. Todas estas actividades actúan estimulando y fortaleciendo nuestros músculos y también generando un aumento de la frecuencia cardíaca y por tanto un gasto de calorías.  Al realizar ejercicio físico de resistencia el músculo retiene agua y muy posiblemente podemos percibir un aumento del peso en la balanza, sin embargo, esto es temporal y cede con el paso de los días. Adicionalmente, poco a poco empezamos a ganar masa muscular y también a perder grasa, sin embargo, el músculo ocupa menos espacio pero pesa más que la grasa, por ello dos individuos con el mismo peso pueden verse muy distintos de acuerdo a su masa muscular. Lo más efectivo para nuestra salud y nuestro metabolismo es combinar siempre ejercicio aeróbico + fuerza, esta combinación nos permitirá ganar músculo, mejorar nuestro metabolismo y también apoyar a nuestro sistema hormonal.

 

Lo más importante es realizar el ejercicio cardiovascular cuando sintamos más energía y potencia para realizarlo con la mayor intensidad posible. De nada sirve, esperar hasta el final para realizar el ejercicio cardiovascular, si nos sentimos cansados y agotados y terminamos haciéndolo sin mucho ímpetu ni fuerza. El orden de los factores no altera demasiado el producto, lo más importante es ponerle ganas a cada una de las actividades, de ésta forma maximizaremos sus beneficios.

 

Un consumo adecuado de proteínas es vital para la síntesis y reparación de músculo. Sin embargo, la relación entre la ingesta de proteínas y la masa muscular NO es directamente proporcional, y una ingesta mayor de este grupo de alimentos no te hará más musculoso. Para garantizar la síntesis de músculo no sólo es necesario ingerir una proporción adecuada de proteínas sino también de hidratos de carbono de calidad (fruta, verdura, tubérculos, legumbres). Los hidratos de carbono son necesarios para la recuperación de los músculos e intervienen en la síntesis de masa muscular.

 

En todo momento, lo fundamental es que practiques una actividad física que te guste, que resulte divertida y que puedas mantener en el tiempo. Todo esto, de la mano de una alimentación completa, variada y suficiente. Así mismo, si llevas tiempo sin moverte, empieza poco a poco y mejor aún de forma guiada para evitar el riesgo de lesiones.

El movimiento es vida, no lo olvides…